lunes, 17 de enero de 2011


Por otro lado, el uso de las nuevas tecnologías no se limita a la escuela primaria y secundaria. Las universidades se modernizan cada vez más y van un paso por delante. La UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia), fundada en los años setenta, fue una de las piñoneras en ese sector. Las clases están impartidas a distancia. Al principio, se enviaban las unidades didácticas por correo postal. Luego, los contenidos educativos fueron emitidos por la radio y la televisión, y en los años noventa, el Internet y los sistemas digitales hicieron su aparición. Ahora, el estudiante puede estudiar en casa y contactar a su profesor a través del chat o del móvil. Se utiliza el principio de las clases virtuales. Es decir, que un profesor imparte una clase en Madrid, por ejemplo, y esta clase es filmada y retransmitida en directo en otras ciudades o pueblos. Se trata de un sistema multimedia de última generación que permite conectar a varios centros a la vez y así dar acceso universitario a regiones más remotas. Se dice que hay más intercambios con las clases no presenciales que con las presenciales. Este sistema permite también a una persona combinar los estudios con el trabajo y ofrece la posibilidad de estudiar a personas que no podían hacerlo antes por cuestiones de tiempo, distancia, dinero y alojamiento. Además, en un mundo en crisis, cada uno sabe lo importante que es una formación adecuada para encontrar un buen trabajo y adquirir la competitividad que requiere el mercado laboral. La UNED disfruta de un gran éxito y hoy en día cuenta  con 62 centros asociados y casi 250.000 alumnos repartidos en toda España y en diecisiete países de Europa, América y África, haciendo de ella la universidad más grande de España. 





Queda pendiente una pregunta: ¿Valoran igual las empresas un título obtenido en presencial que uno online? Según Randstad, las empresas prestan más atención a la universidad en la que el estudiante ha obtenido su título, que al hecho de si la formación ha sido efectuada online o no. Además, en general, valorizan más una persona que ha seguido una formación mientras trabajaba porque demuestra una gran motivación, perseverancia y mucho ánimo.
Aparte de la UNED, existen otras universidades que utilizan las nuevas tecnologías en su sistema de aprendizaje como la UOC (Universidat Oberta de Catalunya), la UNIR (Universidad Virtual de La Rioja) y la UDIMA (Universidad a Distancia de Madrid). Las universidades tradicionales se ponen también al día. Este curso, por ejemplo, la Universidad de Granada propondrá 50 asignaturas en Internet con el objetivo de ofrecer una enseñanza en semipresencial y en línea para permitir al estudiante a llegar a ser independiente y “autoaprender”. En este sentido, este nuevo sistema se inscribe en el proceso de Bolonia que promueve la formación de alumnos autodidactas.
Después del e-commerce y del e-government, entramos ahora en la era del e-learning. La ciberenseñanza está en plena expansión con el uso de Internet, intranet, CD-ROM, producciones multimedia, etc. Tomemos el ejemplo de Clay Formación Internacional, una empresa asentada en Salamanca, creada por Francisco Lamamie y Manuel Alfonso Cabezas, antiguos estudiantes de la universidad de Salamanca.Ofrece más de 200 cursos online seguidos por alumnos y empleados repartidos en España, México, Argentina e incluso en los Estados Unidos. Clay no es una escuela de formación en red como las otras, se adapta aún más a sus “clientes”. De hecho, los fundadores establecieron las herramientas técnicas necesarias como un sistema de reconocimiento de voz mejorado para que el contenido de las asignaturas sea asequible a todos, incluso a personas sordas y ciegas.
           ¿Qué nos reserva el futuro? Los expertos consideran la posibilidad de utilizar el teléfono móvil para enseñar. De esta manera, el estudiante puede descargar el contenido de la asignatura en su móvil y estudiarlo en el metro, en el tren, etc. En un mundo en perpetua evolución, no hay tiempo que perder…

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